Valga la redundancia. A un día de terminar las prácticas en el Hospital de Día de Oncología creo que ya puedo hacer la valoración general de éste, mi último módulo de prácticas.
La verdad es que al empezar todo me vino un poco grande, no el sitio fisicamente, sino el trabajo que se hace allí. Ya iba con una [pequeña] base de conocimientos sobre la administración de quimioterapia porque estuve en la planta de oncologia el año pasado, pero vamos, me di cuenta que la base era una pequeña pincelada del gran lienzo que en realidad supone este tipo de tratamientos. Pese a todo esto, una gran luz me iluminó el camino, o mejor, cinco grandes luces, los enfermeros. Maravillosos, en todos los sentidos, no tengo nada más que decir. Además, estaba yo sola de estudiante, así que he sido como la niña mimada.
A día de hoy, me desenvuelvo para recibir a un paciente, preparar la premedicación (para prevenir nauseas, dolores de estómago, reacciones alérgicas, picores...) y administrar la quimio. También he explicado un poco (con más o menos fluidez) los efectos secundarios más comunes de la quimio a una persona que va por primera vez a ponerse el tratamiento, os podéis imaginar la cantidad de dudas y la ansiedad que conlleva esa situación para la persona y su familia.
Eso sí, alguna vena se me resiste ya que están irritadas, quemadas o esclerosadas, por eso se pincha con agujas finitas y cortas. Por otra parte, con los reservorios subcutáneos he practicado bastante, son unas pequeñas cámaras que se introducen debajo de la piel del tórax de la persona en una sencilla intervención quirúrgica. Estos acceso tiene la ventaja de que conduce a una vena central, lo que permite que la quimio no estropee las venas periféricas, y además evita que el paciente reciba uno o más pinchazos cada vez que viene a ponerse el tratamiento. Aunque OjO, el reservorio también se pincha pero con una pequeña aguja y en general es una experiencia menos traumática para el paciente.
Además de todo eso, he administrado quimio por vía intravesical, subcutánea, he visto biopsias medulares y la actuación frente a una reacción alérgica a un citostático.
Ha sido una experiencia muy satisfactoria. He apredido a tratar con gente que está pasando por una situación tan delicada como la que supone tener cáncer, además ellos me han enseñado a mí muchas cosas. Me han hecho comprender que hay que darle más valor a las pequeñas cosas que tenemos, que vivir el día a día vale mucho, que una rutina sencilla también tiene su encanto, que una sonrisa o una simple conversación levanta los ánimos, que la familia juega un papel importantísimo, que hay que echarle valor a los problemas, que hay momentos en los que hay que tomarse las cosas con humor, y que la caída del pelo, el dolor o los vómitos no impiden la lucha por la vida.
Este post va dedicado a cada una de las personas que sufre o ha vivido de cerca un cáncer.