miércoles, 16 de junio de 2010

Hoy se han cambiado los papeles

Hoy he ido a la sala de extracciones del centro de salud, y no a sacar sangre, sino a que me saquen. Siempre he sido muy miedosa a la hora de ponerme en el papel de paciente, y esta vez no iba a ser menos. Lo sé, soy una quejica, una miedosa, una hipocondríaca... sí, sí... soy así, y al contrario de lo que muchos puedan pensar, el ser enfermera no me libra de dicho sentimiento de invulnerabilidad y ansiedad. Es un pinchacito de nada, lo se, pero no puedo evitarlo! mi madre aun no lo entiende y dice por lo bajo "y tú eres enfermera..." xD pues sí.


Además creo que es una cualidad que te hace ser mejor enfermera, el saber como se siente una persona ante determinadas situaciones de estrés. Obviamente no voy a ir a que me hagan una broncoscopia o una punción lumbar para ver qué se siente y entender mejor a mis pacientes, peeeeeeero si se ha experimentado alguna vez un síntoma, te has sometido a alguna prueba diagnóstica molesta o algo así... entenderás mejor a las personas que están pasando por esos momentos y puedes demostrar empatía y confianza, con razón, de la buena.

Bueno, ya se que me he enrollado mucho por un pinchacito de nada que ni siquiera me ha dolido y además que ha realizado una enfermera que conozco (que por cierto es la enfermera de pediatría xD) pero aprovecho la oportunidad para extrapolar esta experiencia a otros casos y comentar lo dicho, que no hay que sobrevalorar la capacidad de afrontamiento de las personas ya que nosotros ante una misma situación también nos podemos sentir con ese mismo miedo y ansiedad.

3 comentarios:

Lola Montalvo dijo...

Querida Ana: a mí me aterra que me pinchen para lo que sea, para lo que sea... De hecho no dejo que me saque sangre cualquiera, procuro que me saque sangre mi compañero Manolo que es el que mejor lo hace. Y si no puede ser él por la razón que sea, lo paso fatal...¿Por qué? Pues sencilla y llanamente porque no todos los enfermeros/as lo hacen bien. Esto no es una crítica. Es una realidad. Pinchar es un arte que no todos dominan y no todos se molestan en hacer bien, en superarse. Y una nunca sabe quién le va a tocar... ;)))
Y, por supuesto, en este trabajo es fundamental no menospreciar el miedo o el dolor ajeno. A cada uno le duele lo suyo y cada persona tiene un umbral del dolor distinto. Ser capaz de entender eso, ser capaz de respetar eso, es lo que más dice de un profesional.
¡¡¡Perdón que menrollao!!!
Besos y espero que sea una analítica de rutina, no porque estés pachucha.

Nebulina dijo...

Yo creo que quienes hemos sufrido enfermedades o hemos tenido personas cercanas enfermos de X cosas (aunque sean cosas de los más leve) entendemos lo que supone una broncoscopia, una punción lumbar o una gasometría arterial. La empatía viene de fábrica, pero claro..esto ayuda
Un beso!

enfermero9 dijo...

A mi también me da pánico que me saquen sangre (llevo 18 años ejerciendo), pero lo disimulo muy bien (miro a otro lado, sudo, hablo sin parar....:))