sábado, 29 de agosto de 2009

El reloj y las horas

Siempre me acordaré de un reloj que teníamos en clase, en el instituto. Pese a ser de un todo a cien, funcionaba decentemente y adornaba la clase en lo alto, entre ambas pizarras, dándonos la hora entre libros, apuntes y bostezos.

Al curso siguiente, cuando llegamos el primer día a clase, observamos que el reloj se había parado en las 12.10, solo el minutero hacía un pequeño movimiento, temblaba pero no avanzaba. A partir de ahí siguió con su tiempo congelado y su pila gastada. Había perdido su cubierta de plástico, de tantas veces que se había caído al suelo y las manecillas estaban en contacto con el aire. El tiempo no pasaba para él pero sí para nosotros.

Un lunes a las 8 de la mañana, llegaba puntual como siempre el profesor de lengua castellana. Dejó caer su maletín en la mesa, lo abrió y sacó de dentro una pila, rescató al reloj de lo alto y éste reaunudó su funcionamiento desde las 12.10. El profesor miró su reloj de muñeca y giró el botón del otro hasta que lo puso de nuevo en hora. Solo bastaron cuatro vueltas hacia atrás para hacer como si el tiempo no hubiese pasado entre quién sabe qué día del verano anterior y éste gélido día de febrero. Había algo más. El profesor sacó algo más e su maletín, un rotulador negro, permanente. Cogió el reloj con su mano izquierda y con la otra escribió en la esfera: "Todas hieren, la última mata" "Tempus fugit"

Y colgó de nuevo el reloj en lo alto. Todos leímos al unísono aquellas frases que escribió. No sabíamos de qué hablaba hasta que nos las explicó: Todas (las horas) hieren, la última mata. El tiempo se escapa.

Y tanto que se escapa, el tiempo vuela, vuela muy alto, a veces ni si quiera puedes verlo y te das cuenta cuando ya no puedes volver atrás. Desde aquí te invito a que aproveches el tiempo, que saborees cada hora y que seas consciente de cada minuto que pase.

martes, 25 de agosto de 2009

¿Ser o no ser? Esa es la cuestión.

Estudiar enfermería me está quitando las ganas de tener hijos. Sí, sí. En mis pensamientos nunca había estado muy presente la idea de ser madre pero siempre he pensado que en algún momento me inundaría el llamado "instinto maternal" y acabaría por tener descendencia.

Todo empezó a cambiar cuando en las prácticas de segundo entré a la unidad de Maternidad. Para empezar, la cara de las madres que estaban a punto de parir ya lo decía todo. Porque parir no es solamente "respira hondo... empuja.... respira... empuja..." es el antes y el después. Prisas, dolor, esfuerzo, sudor, dolor, incomodidad, dolor, quejidos, ¿he dicho dolor? (epidural aparte)

El segundo parto que presencié fue un poco traumático para mi. La madre tenía la cara totalmente enrojecida de tanto empujar, los ojos y los puños apretados al máximo... creo que me dolía hasta a mi. Me temblaron las piernas, se me nubló la vista, menos mal que la salita estaba al lado del paritorio, fui rápido a beber agua y me senté en el sofá totalmente pálida a que se me pasara el mareo. A los pocos minutos se me pasó y regresé, el bebé estaba ya fuera. Respiré tranquila, la madre también. Después de eso he pasado por unos cuantos partos más y afortunadamente no me he vuelto a marear, creo que en aquella ocasión me metí demasiado en el papel de madre.

Luego está el tema de estudiar Enfermería Materno-Infantil. Está claro que los libros tienen que explicar complicaciones/anomalías/patologías varias de los recién nacidos, lactantes o escolares ¡pero desmoraliza a cualquiera! Yo soy tan hipocondriaca que me pasaría la gestación pensando que a mi futuro hijo le pasará tal y cual. Espero que no pasen muchas futuras madres por el blog, no quiero atemorizar a nadie.

Por otro lado, también hay aspectos positivos y ver la cara de una madre esperando a ser subida a la planta junto a su pequeño en la cama no tiene precio. Ver como succiona el pecho o como está dormidito. Precioso. Es más, muchas de ellas sostienen que es lo mejor que les ha podido pasar en la vida.

Obviamente que estudiar enfermería no es ni una de las razones de por qué no me veo con hijos. Es algo que ya me venía de antes. He visto testimonios de mujeres que NO quieren ser madres. Las hay, como todo en este mundo. No me gusta que por cada razón que dan parezca que estén pidiendo disculpas por no querer serlo ni que las tachen de egoístas por querer tener su libertad intacta toda la vida.

PD: Me gustan los niños y me gusta estar con ellos. Disfruté mucho en las prácticas de partos, pese a lo dicho anteriormente. Proporcionar los cuidados de enfermería a un recién nacido/lactante/niño es especialmente interesante.

PD2: Muchos (incluida yo) pensaréis que soy joven para afirmar "no quiero ser madre" así que esperaré unos años más para ver que pasa con mi ausente "instinto maternal"

miércoles, 19 de agosto de 2009

De cómo estudiar en verano y no morir en el intento

No pienses en la playa, piscina, campo, viajes en general. Es más, piensa que es invierno y hay una tormenta fuera del copón. Bueno, mejor, no pienses en nada en absoluto. Todo te recordará a que eres un maldito desafortunado a quien le han robado parte de sus adoradas vacaciones.

No cuentes cuántos días quedan para el examen. Seguro que son menos de los que necesitas. Además, si quieres ser realista, a los días que quedan le debes restar unos 3 ó 4 por cada 14, en los cuales te dedicarás a hacer cualquier cosa menos estudiar. Científicamente demostrado.

Y, por último, si estudias anatomía, tu vida últimamente gira entorno a hipocondrios, epigastrios, regiones umbilicales, carótidas, retroperitoneos, músculos de miembros inferiores e inervaciones; y has pasado ya por tres convocatorias (como yo), sólo te queda rezarle a quien sea y mirarte un atlas de anatomía de cabo a rabo, claro está. También puedes maldecir esos exámenes hechos por el mismisimo diablo si te hace sentir mejor.

viernes, 14 de agosto de 2009

El tren hacia alguna parte...

Descríbelo otra vez.
Tu mundo es tan sencillo
que un billete compraré.
Prométeme un viaje
que jamás olvidaré.
Que nunca olvidaré...

¿No has tenido alguna vez la sensación de querer evadirte de la realidad? Yo sí.

Vivir en un mundo donde no existan los actos terroristas, la violencia, el ansia por el poder y el dinero o la hipocresía política. Un lugar donde no tengan cabida las guerras por beneficio de algunos y perjuicio de otros, de aquellos que siempre se llevan la peor parte.

Imagina un universo donde la libertad no sea un bien escaso. Un sitio mejor pero a la vez realista, donde poder amar a quien te plazca sin tener que ser juzgado. Compartir opiniones sin el miedo a reprimendas. Sin prejuicios ni lamentos. Un mundo sin democracias baratas, donde TODOS tengamos cabida.

...y miles de cosas más. De momento yo intentaré hacer mi minimundo más sencillo.

Idealista, lo sé, pero ¿Por qué no serlo?

Invítame al edén.
Cojo algo de abrigo
y en seis horas llega el tren.
Yo me presento fijo,
blanco y pálido tal vez.
Blanco y pálido tal vez.

Lori Meyers - Transiberiano (Cronolánea)

jueves, 13 de agosto de 2009

Puaj

Anoche, cuando me dirigía a bajar la basura, me encotré en la cocina con uno de los seres que más detesto en este mundo (no, no era un personajillo colaborador de DEC, Ana Rosa, o algún programa del corazón), ¡ajjjco!
CU-CA-RA-CHA

¡¡Era enormemente grande!! ¿Por dónde había entrado semejante bicharraco? Ese hijo de satán estaba mirándome desafiante desde el techo. Yo le miraba a él y él me miraba a mi. Movía sus antenas, era lo único que movía pero aún así a mi me tenía aterrorizada. Yo era incapaz de acercarme a mi destino así que decidí emitir el sonido que de tantas me ha salvado: "¡¡¡Mamáááááá!!! Hay una cucaracha gigantesca!!"

Allá que fue mi santa mdre, le echó spray anti-bichos y éste cayó al suelo ¡pam! mientras yo miraba desde la puerta, que ya esaba medio cerrada por si las moscas (o por si las cucarachas)

Ay si no fuera por las madres... espero que "baby cucaracha" viva bien sin su mami, ay a ver si ahora me voy a poner sentimental...

miércoles, 12 de agosto de 2009

Enfermería en una palabra...

EMPATÍA

Sí. Imprescindible tener la habilidad para reconocer, comprender y apreciar los sentimientos y necesidades de los demás. Esto nos dará pie para crear una relación basada en la calidez emocional, el compromiso, el afecto, el respeto y la confianza.




Ponerse en los zapatos del que tenemos enfrente, nada más y nada menos. Saber escuchar y saber responder. Querer escuchar y querer responder. Comprender unas lágrimas, una cara larga, una mueca de preocupación o incluso una sonrisa, y saber reaccionar ante ello. Entender diversos puntos de vista frente a una situación y no dejarse llevar por el nuestro propio.

Podemos ser débiles o muy fuertes en esta destreza, pero en el intento y el entrenamiento está la victoria. Podemos haber nacido con ello o haberlo adquirido durant el tiempo, todo es válido. Añade una pizca de empatía a tu vida y, si perteneces al mundo sanitario, con más razón. Los pacientes y sus familiares es lo que necesitarán en esos difíciles momentos, tanto como un analgésico o un antibiótico. Te lo agradecerá, eso sin ninguna duda.

Come back



Y despues de unos cuantos días tocándome la nariz, llegó la hora de ponerse seria con septiembre. No se qué es peor si estudiar o pensar que tengo que ponerme a estudiar.

Una de las desmotivaciones es estar en pleno agosto. Una está con los ojos pegados a los cuidados de enfermería en un paciente con ACV mientras otros están de juerga en la playa, piscina u otros divertimentos varios, ¡todo un consuelo! Pero no queda más remedio que tragar con lo que viene...